Texto escrito para la exposición «Acuse de recibo» – Galería La Lonja – mayo 2021
En estas imágenes es más importante lo que no se muestra que lo que se ve. Lo que quedó fuera del encuadre en contraposición a lo que quedó para la posteridad.
Son fotografías hechas en grandes viajes, en momentos de la vida cotidiana, en pequeñas escapadas o excursiones.
Unas veces en solitario, otras con amigos, amigas o familiares.
Opto por no fotografiar personas y rostros porque lo que verdaderamente me interesa son los matices de los recuerdos que me vienen a la cabeza cuando veo cada una de las escenas.
De alguna manera, funcionan (me funcionan) como acuse de recibo de momentos vividos. Unos maravillosos, otros dolorosos, otros rutinarios, otros emocionantes… pero en definitiva, de mi vida y sus olas.
Unas olas que trato de surfear de la manera más digna posible. Hay veces que uno las remonta de pie sobre la tabla, otras la ola te arrastra a la orilla y debes volver a posicionarte, otras el neopreno no es lo suficientemente grueso para la borrasca.
No obstante, lo importante es seguir vivos para acercarnos a la muerte, una y otra vez… una y otra vez.